domingo, 22 de marzo de 2009

La Violencia Ha Llegado


Si hubo algún momento en este año en que todavía pensaba que la violencia en mi país solo afectaba a los barrios marginales, eso se rompió hace dos semanas cuando ocurrió el intento de robo a la lotería nacional. Sorprendió la forma tan fría en que, con fusiles de asalto dispararon a corta distancia los dos guardias que custodiaban el carro blindado. Entristeció la manera en que el Director de Instituto Nacional de Cultura quedó atrapado en el tiroteo muriendo poco después.

Los días siguieron con su carga de ejecuciones y muertos. Una semana más tarde un evento que todavía sigue en mi conciencia sucedió: Unos menores asaltaron una heladería. El dependiente le da el dinero sin resistencia. Cuando ya parecía que el evento terminaría como otro robo mas, uno de los maleantes se devuelve y diciendo algo así como : “ yo vine a hacer lo que vine a hacer” le dispara . Entonces, un joven que no superaba los 26 o 27 años de edad, con una hija de10 meses, que estudiaba de noche administración en la universidad muere.

Todavía siento en mi, cólera. Todavía cuando hablo con cualquier compañero, conocido o inclusive taxista se deja sentir alguno que otro sentimiento de esos que es mejor no escribir. Es muy difícil contener al lado oscuro que pide un castigo con saña que borre tamaña injusticia cometida contra un muchacho que no había hecho merito alguno para morir así.

Es cuando me comienzo a preocupar ¿será que la violencia es un virus que anda suelto en Panamá? ¿Será que me ha infectado a mi? ¿A mis conciudadanos? ¿Que pasará? Si la criminalidad no para, ese microorganismo que se genera como consecuencia de actos delictivos se va a impregnar en el ambiente. De repente una discusión por el choque de un carro terminará a tiros, un jefe que despide a un empleado deberá mirar a todos lados cada vez que vaya al estacionamiento. Si, la violencia es una enfermedad que contagia.