lunes, 25 de agosto de 2008

Crónicas Olimpicas


Ayer domingo terminó la fiesta. Como siempre hay aquello glorioso y resplandeciente: El oro de Saladino(permitanme el nacionalismo), las medallas de Phelps, el regreso del " dream team" de basket estadounidense; lo bochornoso: El luchador sueco tirando su medalla, el cubano de tae kwan do pateando al arbitro y entre los resquicios de los triunfos y la vergüenzas: esas historias.

La primera vez que yo tuve contacto con una de éstas fue hace algunos años, en un documental que hablaba de las potencias africanas en las olimpiadas. Se destacaba la maratón de Mexico '68: el triunfo de Mamo Walde y luego oh sorpresa, un desconocido Tanzaní que había tenido mala suerte en su carrera: se tropezó dislocándose un hombro e hiriéndose una rodilla.¿ Que hizo entonces? pues seguir hasta el final. Llegó de último con uno de los peores tiempos de la historia. Nada por la cual uno debiera redactar, filmar o escribir. Pero por alguna razón, ver este hombre sumido en dolor, sabiendo que no iba a ganar y aun así rehusandose a renunciar fue algo que de niño me sacó lagrimas y que ahora de adulto al reencontrarme con este episodio me sigue llenando de emoción. No fui el único por que después se escribió de el lo siguiente:
"Hoy hemos visto a un joven corredor africano que simboliza lo mejor del espiritu humano, un desempeño que le da dignidad al deporte, desempeño que lo eleva fuera de la categoria de hombres adultos participando de un juego, desempeño que brinda significado a la palabra coraje. Todo honor para John Stephen Akhwari de Tanzania."




Todo esto vino a mi memoria hoy cuando leí un articulo de Charles Robinson en Yahoo sports. Enseguida supe que habia encontrado la "historia" de ésta olimpiada. Hablaba sobre una desconocida corredora somalí: Samia Yusuf Omar. Corria en su "heat" para los 200 mts planos. 32 segundos duró su momento olímpico, luego ciao que lindo es Beijing y pa' la casa.

Cuando se rasga la superficie y se mira de nuevo a Samia Yusuf Omar, mujer joven que vive con 7 miembros de su familia, donde su padre está enterrado victima de un obus de artillería, donde no se puede entrenar en el estadio nacional por que este es centro de comando y control de algún bando en la larga guerra civil de su país, entonces hay algo olímpico que acontece. Lucha contra la adversidad, falta de recursos y aun incomprensiones religiosas : "Una buena mujer musulmana no sale de casa, no compitas mas" le decian. Todo un triunfo en si mismo llegar a Beijing y correr.

¿Por que me conmueven tanto o mas que un oro éstos ejemplos? No tengo respuesta. Tal vez al final quiero creer que lo mejor del ser humano se demuestra en la lucha contra lo imposible y lo aparentemente irremediable y aun así llevar a cabo nuestros propositos.

lunes, 18 de agosto de 2008

¡Oro para Panamá!

Yo me había prometido a mi mismo, escribir en mi blog si acaso una o dos veces a la semana. Digamos Jueves y domingos. Pero hay cosas que no pueden esperar. Y una de esas es el Oro de Saladino.

Sábado 16, eliminatorias de Salto Largo. Aquí comenzó la expectativa. Todos los panameños madrugando, esperando el evento. Llegó finalmente. Uno a uno van saltando los competidores. Turno de Saladino, corre y pisa la marca ¡ Salto no válido!. Esta bien eso le pasa a cualquiera. Segunda ronda; turno de Saladino y otra vez pisa la marca. En este momento el ambiente se comienza a sentir el tufo a derrota que los seguidores de la selección nacional de fútbol conocemos tan bien. ¿Sera que este no es el año de los panameños? -pensé yo. Tercero y ultimo turno, Saladino salta, esta vez tomando espacio de la marca como unos 5 cm's, a mi me pareció casi un metro. De entre los 12 clasificados llegó de noveno. No importa, ¡seguimos vivos!

Lunes 18, Finales. Primer día de la semana, hay trabajo y clases. Ciudad vacía. Todos esperando a que empezaran las competencias de Salto largo. Comienzan. Desfilan todos los competidores. Saladino pisa la marca. ¡Oh Dios mio! pero las cosas vienen diferentes esta vez. Segundo Salto, ya hay más confianza. Tercer Salto, es líder y clasifica a la final. En ese momento, los panameños comenzamos a soñar: es posible, es posible. Luego viene ese numerito que de seguro se acabara el miércoles de lotería : 8 34 y ya sabemos el resto: ORO PARA PANAMÁ. No se que decir, mañana sabré como se oye el himno nacional en una olimpiada.
¡Gracias Irving!

domingo, 17 de agosto de 2008

Yo Soy un Artista.

Comienzo mis entradas con esta declaración de principios. Ocurrió en este año en el mes de febrero, escuchando una pieza de Silvio Rodriguez: Sonrisas de Papel.
No se si tiene que ver con el espíritu de la canción, pero de alguna forma me tocó profundamente y me indujo a escribir lo que es mi razón de ser y espero algún día mi epitafio:

Y por que quiero ser un artista, por que no ser igual a todos los demás. Mirando la vida a través del cristal que otros quieran colocar. No preguntarme como esta se ve con los ojos desnudos y de esa manera no soportar la luz que sin filtro llega a mi alma, esa la que me induce a pensar locuras y decir soquetadas. Para que tener que sufrir por penas que no son mías o llevar la carga del mundo si este no le importa si su espalda se rompe o si sus piernas caminan. Y me preguntas si quiero ser artista. Solo quiero ser la persona que mira sin ver y que siente sin sentir. Que otro sea el que muestre el camino, el que crea que de la cotidianeidad sale un gesto bendito, que soporte la violencia del dormido cuando en gesto de buena fe quiera romper su capullo. ¿ De verdad quiero ser artista?


La pregunta es estéril, debí haberla pensado antes de conocer amor. Llanto y risa. Por que ahora camino con la marca de fabrica, el destino ineludible, la opción escogida en mi sangre. Soy el mágico orfebre que transforma diamantes donde solo hay carbón y lastre. Soy el romántico que mira belleza donde otros encuentran miseria, soy el mensajero que matan cuando digo algo que no agrada. Yo soy un artista.